LAS EMOCIONES

Nos visitan por tanto por DENTRO para decirnos cosas sobre nosotros y cómo nos sienta lo que en ése momento nos rodea o lo que en esos momentos está dentro de nosotros (pensamientos, sensaciones…).

Nos envuelven en un estado concreto, nos contagian de sensaciones.

Según cómo sea el contagio, sabremos el nombre de ése visitante  de ése momento (los adultos les han dado un nombre como a ti y como a mí para podernos dirigir hacia ellas).

Las emociones no son buenas o malas, son informadoras nuestras.

A veces no nos gustan y hacemos como que no están; no les hacemos caso.

A veces no sabemos qué hacer cuando notamos que están ahí, porque tal vez, al haber muchas, a ésa no la conocemos todavía. Por eso lo mejor es que cuando no sepamos cuáles son, las observemos , como cuando no conocemos a alguien, lo observamos para poco a poco conocerlo. No hace falta que cuando las observemos pensemos si son buenas o malas, si nos gustan o si no nos gustan porque entonces se interrumpe la observación. Sólo las vivimos, las sentimos. Cuando no les podemos poner nombre lo mejor es contar a algún amigo , padres, profes , lo que nos está pasando.

Cuando sabemos cómo se llaman, ellas quieren que las mostremos al mundo. ¿Y cómo lo hacemos? Hay muchas formas. Ellas, las emociones, necesitan de nosotros que hagamos eso, mostrarlas, porque no vienen a quedarse para siempre; ellas van y vienen. Siempre se están moviendo y nos hacen movernos a nosotros de diferentes formas:

Cada uno elige diferentes formas o  caminos para mostrar las emociones. Unos usan todas las formas posibles, otros sólo el cuerpo , otros sólo la música, otros cuentan lo que les pasa a sus amigos, padres o profesores….

Las emociones son maravillosas porque nos ayudan a saber cómo estamos, son como termómetro que nos indican nuestra temperatura corporal.  Ellas necesitan que las VIVAMOS, dibujándolas, bailándolas, contando qué nos hacen sentir. Ellas así se encuentran felices porque pueden ir y venir de dentro entonces, salen fuera de forma beneficiosa para nosotros y para los demás.

Cuando se quedan mucho tiempo dentro, podemos explotar y entonces las sacamos como un cohete y nos podemos asustar o asustar a quien tenemos delante. Lo mejor es mostrarlas a través del color de nuestra ropa, contando cómo nos sentimos, inventando una canción, haciendo un dibujo, saltando, bailando, llorando.

Son como barcos y nosotros igual no sabemos cómo se llaman pero pero sabemos que necesitan agua y entonces les ponemos un río donde navegar o un océano donde puedan SER

Son como un tren y cada uno de nosotros les construye un riel para que puedan tranquilamente ir y venir. Así se sienten libres, ahora ya tienen un río donde navegar y un rail por el que avanzar